Victoria Kent referente feminista en los años 30

 

Introducción


Victoria Kent fue una destacada abogada y política española del siglo XX, cuya vida estuvo marcada por su compromiso con la justicia y los derechos humanos en España.
Destacó por su defensa en los derechos de las mujeres, su lucha por la igualdad de género, humanizar el sistema penitenciario, así como por su papel en la II República y su oposición al régimen franquista.


Biografía


Según su acta de nacimiento, éste fue el 06 de marzo de 1892, pero aún a día de hoy existen dudas de su fecha exacta, ya que se valoran otras fechas como la del año 1891 o incluso 1897 como ella misma modificó en distintos documentos oficiales. Perteneciente a una familia de clase media y talante liberal, era la cuarta de los siete hijos de José Ken Román, comerciante de tejidos de ascendencia inglesa, y de María Siano González.

Después de pasar en Málaga su infancia y primera juventud y de realizar allí sus estudios de Magisterio, en 1917 marchó a Madrid para completar sus estudios de bachillerato contando con la ayuda de conocidos de su padre como A. Jiménez Fraud y Francisco Bergamín.

Se afilió a la Asociación Nacional de Mujeres Españolas, a la que también pertenecía Clara Campoamor.

En 1924 consiguió el doctorado en Derecho por la Universidad Central de Madrid con una tesis sobre la reforma de las prisiones, e ingresó al año siguiente en el Colegio de Abogados de Madrid, siendo la primera mujer en lograrlo.

En diciembre de 1930 defendió ante el Tribunal Supremo de Guerra y Marina a Álvaro de Albornoz, integrante del Comité Revolucionario Republicano y se convirtió en la primera mujer en todo el mundo que intervino como abogada en un consejo de guerra.
Durante la II República fue nombrada directora general de Prisiones Gobierno provisional presidido por Alcalá-Zamora, en abril de 
1931 y como tal, desarrolló una amplia labor reformista con la intención de humanizar el sistema penitenciario mejorando las condiciones de vida de los reclusos. Además, puso en marcha el Cuerpo Femenino de Prisiones.
También fue elegida diputada por Madrid en las elecciones de junio de 1931, siendo una de las tres únicas mujeres diputadas junto con Margarita Nelken y Clara Campoamor, manteniendo con ésta última una clara posición diferenciada respecto al sufragio femenino. Se opuso al mismo, argumentando la escasa preparación política y sociocultural que las mujeres tenían en la época por culpa de la Iglesia, y que sería conservador y perjudicaría la República.
Al estallar la Guerra Civil participó en el frente de Guadarrama y se vio obligada a exiliarse en París y se refugió en la embajada mexicana cuando Francia fue invadida por la Alemania Nazi.
Exiliada en México, participó en la creación de la Unión de Intelectuales Españoles y creó la Escuela de Capacitación para el Personal de Prisiones (1949).

Entre 1951 y 1957, fue ministra sin cartera del Gobierno de la Segunda República Española desde el exilio.

La ONU le pidió trabajar en la Sección de Asuntos Sociales y se trasladó a vivir a Nueva York. Allí fundó la revista mensual Ibérica, órgano del exilio español y que se editó entre 1954 y 1974, gracias a la ayuda financiera de la hispanista y mecenas de la cultura Louise Crane.

Tras décadas de exilio, regresó a España temporalmente con la Transición Democrática pero volvió a los Estados Unidos (Nueva York) donde falleció el 25 de septiembre de 1987.
En 1986 le fue concedida la medalla de la Orden de San Raimundo de Peñafort, pero debido a su avanzada edad no pudo acudir a recogerla.

Contribución a la sociedad

Creo que ha contribuido de manera muy importante en la construcción de una sociedad más igualitaria, siendo pionera en varias facetas:

Su activismo incansable y su participación en la creación de la Liga Española para los Derechos de la Mujer allanaron el camino para la consecución de derechos políticos y civiles para las mujeres en España. Su compromiso con la igualdad de género sentó las bases para una sociedad más justa e inclusiva.

Como directora general de Prisiones durante la Segunda República Española, implementó reformas importantes en el sistema penitenciario. Su enfoque en la rehabilitación y la humanización de las condiciones en las cárceles contribuyó a una visión más progresista de la justicia penal. Esto no solo benefició a los reclusos, sino que también promovió un enfoque más humano y equitativo en el tratamiento de los delincuentes.

Es importante poner en valor la figura de Victoria Kent porque representa la valentía y el compromiso de las personas que luchan por la igualdad y la justicia, incluso en momentos de adversidad política y social. Su legado es un recordatorio de que el cambio positivo es posible a través del activismo y la dedicación. Además, su contribución a la causa de los derechos de las mujeres y la reforma penitenciaria sigue siendo relevante en la actualidad, ya que la igualdad de género y la justicia en el sistema legal son desafíos continuos en muchas partes del mundo.
Esto nos inspira a seguir trabajando hacia sociedades más igualitarias y justas.

Bibliografía


-          es.wikipedia.org
-          biografiasyvidas.com
-          educamadrid.org
-          culturaydeporte.gob.es
-          dbe.rah.es
  

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